martes, 6 de mayo de 2014

Del reloj a la brújula. El arte de la Educación Emocional.

Y aprendemos a medida que envejecemos.
Que la educación está cambiando no es ningún misterio para los que estamos convencidos de que los contenidos del curriculum no son lo único que se debe enseñar en la escuela.

La educación emocional pretende que los alumnos puedan conocer profundamente sus emociones, saber diferenciarlas y saber gestionarlas a su favor.

Uno de mis compañeros de TACTICAS, Jose Luis Redondo, revisando esta entrada me ha sugerido la lectura del libro de Francisco Mora: "Neuroeducación". Es verdad que lo he empezado, pero no finalizado, por lo que todavía no me encuentro en una posición objetiva de comentarlo. No obstante, es una lectura de referencia a la cual debemos darle su merecido crédito. En palabras de mi compañero Jose Luis:

"Es un libro que defiende que la educación sin emociones no sirve de nada, de hecho solo conseguimos aprender de verdad lo que nos emociona. Es muy interesante porque explora aspectos que desconocemos y como la alegría, el humor pueden utilizarse con argumento científico para aprender."

Presicamente, la semana pasada, María Acaso publicaba en su blog una entrada sobre este tema precisamente, hablando de la última jornada de Escuela de Educación Disruptiva de la Fundación Telefónica. Una de las frases que me encantan es: "los alumnos van a la escuela a aprender a aburrirse". No puedo sino recordar mi estrategia para poder dormir en las clases de historia en Bachillerato. Mi profesor de historia siempre leía el libro de texto en clase, esa era su clase. Yo de aquellas tenía el pelo muy largo, casi por la cintura. Mi método era el siguiente: en cuanto mi profesor empezaba a leer la página de la izquierda yo abría el libro por esa página y a sus laterales situaba mis codos, sujetando con las manos mi cabeza. Dejaba caer mi pelo por delante, de modo que no se me viese la cara y pareciese que estaba siguiendo la lectura, como mis compañeros. Me quedaba dormida hasta que el profesor llegaba al final de la página de la derecha. Me despertaba el tiempo justo para pasar página y volver a realizar mi ritual para poder dormir un poco más. 

En mi caso, aprendí algo más que a aburrirme, desarrollé la habilidad de dormir con el instinto despierto ;)

Ante un futuro profesional en el que "hemos pasado de encontrar trabajo a crearnos trabajo" (Tony Wagner) está claro que debemos partir de conceptos más profundos que simplemente el aprendizaje de todos los afluentes del Duero, con perdón a los profesores de Geografía (yo también tuve uno).

La parte emocional de una persona puede hacer que ésta llegue a alcanzar sus metas y logre ser feliz en la vida, o puede hundirla hasta dejarla caer en depresión o incluso llevarla por el camino de la delincuencia. Ser contenedores de información no va a cambiar eso.

Hace poco una de mis mejores amigas me recomendó que visionase la charla de "¿Quién decide tu vida, lo importante o lo urgente?", que Pablo García Fortes impartió en la Universidad de Vigo. Toca temas muy interesantes, pero me quedo con uno en concreto. Me recuerda a cuando mi padre me pregunta por qué no llevo reloj. Yo siempre le digo que puedo ver la hora en el móvil, que el reloj solo tiene un uso que ya tengo servido en otro dispositivo. Es un buen indicio: quizá debemos mirar más la brújula y no estar tan pendiente de la hora.


Sin contemplar esta filosofía de superación y orden de vida personal, como profesional de la educación, no veo la posibilidad de que el alumno se desarrolle de forma sana y productiva en el futuro

El mismo Tony Wagner estableció las 7 competencias profesionales que todo alumno actual debe desarrollar en la escuela de hoy para ser un profesional valioso en su futuro laboral. Algunas de ellas son ya parte de las 8 Competencias Europeas. Son las siguientes: 

1. Pensamiento Crítico y resolución de problemas: esta competencia es fundamental en la sociedad de las TIC en la que vivimos, donde las fuentes de información son incomparables con las que tenían nuestros abuelos. Crearse una opinión de aquellas era fácil, pero ahora vivimos en la Era de los Matices, donde más personas son cada día protagonistas de sus propias noticias. 

2. Colaboración a través de redes y líder de influencia: el poder de las redes sociales ya lo desvelaba James Fowler a Eduard Punset en su famoso programa de Redes. No podemos seguir pensando aisladamente mientras exista la Inteligencia Colectiva. No creo que aquí entren las "estrellidas de Twitter", sino personas que de verdad aporten valor humano y conocimiento.

3. Agilidad y Adaptabilidad: en un mundo cambiante, necesitamos tener el poder de aprender y desaprender, de no tener celo por lo ya dominado, sino estar dispuestos a admitir que no sabemos pero a demostrar también nuestra capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida. Por ello es tan importante dominar la competencia europea de Aprender a Aprender. 

4. Iniciativa y espíritu emprendedor: esta competencia es contemplada en las europeas. Es fundamental en nuestra actualidad, donde existen trabajos que ni se contemplaban hace 20 años. En el futuro esto será una constante. 

5. Comunicación eficaz oral y escrita: es el único medio para comunicarnos, por lo que es fundamental. Aquí yo incluiría la comunicación visual, partiendo del lenguaje artístico, que es el que predomina en la red. 

6. Acceso y análisis de información: esta es una de las habilidades que contempla la conocida Competencia Digital. En la era actual es fundamental desarrollar capacidades que nos permitan acceder de forma rápida y segura a la información, así como determinar sin pérdida de tiempo la que es de calidad y la dudosa. 

7. Curiosidad e imaginación: en un futuro que cada día es más incierto, y en el que debemos crearnos nuestros puestos de trabajo, el poder de reinventarse debe estar a la orden del día, aportando algo nuevo. La creatividad es fundamental, y en el sistema educativo actual no se fomenta. 

Para dominar todas y cada una de las competencias aquí señaladas, la personas debe tener un autonocimiento profundo, que le facilite poder reinventarse cuando lo necesite, y reconocer tanto sus logros y méritos como sus debilidades, aprendiendo de los fracasos. 

Eso no es posible sin una educación emocional que parta, fundamentalmente, de eliminar el miedo. El miedo paraliza, no deja avanzar, y es infundido por personas, ya no tenemos mamuts lanudos. Ahora esos mamut pueden ser nuestros padres, nuestros jefes, nuestros profesores, falsos amigos... aprender a vivir en un entorno hostil debe ser cada vez más contemplado en la enseñanza, para ayudar a estos jóvenes del futuro a ser fuertes y profesionales. 

Sin más, recomiendo revisar el siguiente vídeo. Redes me parece un programa que además de ameno es cercano, y facilita el conocimiento de determinados conceptos complejos, haciéndolos accesibles a todo tipo de personas. 


Solo me queda por decir que marcar la diferencia está en nuestras manos, y no se trata de hacer algo diferente que nuestros compañeros profesores: se trata de aportar un valor a la vida presente y futura de nuestros jóvenes.

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